
Pero no fue así, el problema , era que se oían risas y se encontraban trozos de calabazas por el suelo, el detective pensó que eran unos bromistas rompiendo calabazas y riéndose entonces mando destruir los restos de calabaza que quedaban en el pueblo. Pero esa misma noche se volvieron a oír las risas...el detective no tardó en bajar a ver quien era el famoso bromista.
El detective se sorprendió, era su hijo! que estaba comiendo calabaza y dibujando caras terroríficas, en ella. El detective se sorprendió y su hijo se disculpó.
Pero esto es una leyenda pero quien sabe... quizás sea verdad.

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